Los Estados miembros de la UE acuerdan reforzar las políticas de salud en la población más vulnerable para garantizar la equidad sanitaria y social
Conclusiones de la reunión informal de ministros de salud de la Unión Europea
La mayor parte de los problemas de salud y de las causas de muerte prematura están condicionadas por factores sociales. Hay desigualdades en salud entre países y dentro de cada país
Los Estados miembros de la UE deben profundizar en el acceso de los niños y las mujeres embarazadas a los servicios de salud, sea cual sea su situación legal
España es uno de los países europeos con mejores indicadores en salud y su modelo de atención primaria junto con la prevención y promoción de la salud ha permitido importantes avances
Los ministros también han abordado otros asuntos como la gripe pandémica y las directivas de trasplantes, sanidad transfronteriza, medicamentos falsificados y farmacovigilancia
23 de abril de 2010. La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, ha presidido, junto con el comisario de Sanidad y Consumo de la Unión Europea (UE), John Dalli, la reunión informal de ministros de salud de la UE, que se inició ayer en Madrid y que ha concluido hoy con el lema Hacia la equidad en salud: monitorización de los determinantes sociales de la salud y reducción de las desigualdades en salud. La reunión ha contado también con la asistencia de la directora general de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan.
Esta reunión ha tenido como objetivo avanzar en la reducción de las diferencias sociales en salud, asegurando no sólo el acceso a las prestaciones sanitarias de los distintos estratos sociales y grupos vulnerables en los países de la UE, sino también estableciendo políticas más equitativas en todos los ámbitos de gobierno. Estas políticas deben mejorar la salud de la población y la equidad mediante la modificación de los determinantes sociales.
No en vano, las principales causas de muerte prematura y la mayor parte de los problemas de salud están condicionadas por factores determinados socialmente, como la educación, la situación laboral, la exclusión social, etc.
DESIGUALDADES EN SALUD
A pesar de que la calidad de vida en los países de la UE es de las más elevadas del mundo y la salud de la población actual ha mejorado significativamente gracias a un mejor acceso a los bienes y servicios, aún existen desigualdades evitables que tienen consecuencias desfavorables en la salud. Esas desigualdades se producen entre países y entre distintos grupos sociales dentro de cada país.
Por ejemplo, hay importantes diferencias en la esperanza de vida de los Estados Miembros: las personas en muchos de los nuevos Estados incorporados a la UE viven menos que en los países occidentales de la UE, con una diferencia de 8 años en las mujeres y de 14 años en los hombres.
Por lo general, se registran peores resultados en salud en toda la población a medida que se desciende en la escala social y existen, además, grupos de población especialmente vulnerables, tales como algunos migrantes, minorías étnicas, personas con discapacidad y personas en situación de exclusión social. Es por esto que en el año europeo de lucha contra la pobreza y la exclusión social la presidencia española de la UE considera prioritario luchar contra estas desigualdades.
SALUD EN LA INFANCIA Y DE LA MUJER
En este sentido, una de las principales líneas estratégicas para desarrollar el máximo potencial de salud es orientar las políticas relacionadas con la infancia y la maternidad hacia la equidad, de forma que se garantice un buen comienzo en la vida. Las condiciones que rodean los primeros años de vida son clave para afrontar la vida adulta con buena salud. Por ello son esenciales las políticas específicas sociales y sanitarias dirigidas a los niños y a su entorno, ya que la mayoría de problemas de salud infantil siguen un patrón de gradiente social: más enfermedad a menor nivel educativo y de ingresos.
Aunque las tasas de mortalidad infantil (mortalidad en el primer año de vida) y perinatal (desde la semana 28 de gestación hasta los siete primeros días de vida) en la UE han descendido en los últimos años -un 53% y un 35% en los últimos diecisiete años, respectivamente-, aún existen diferencias significativas entre países.
De hecho, los datos europeos en 2007 reflejan una variación importante en la tasa de mortalidad infantil por países, desde las 3 muertes en los países con tasa más bajas, hasta los 7 fallecidos por 1.000 nacidos vivos en los de tasas más elevadas. España se encuentra entre los diez países con una menor tasa de mortalidad infantil, con sólo 3,5 fallecidos por 1.000 nacimientos.
En el caso de la tasa de mortalidad perinatal, las diferencias oscilan entre las 3,1 defunciones hasta 11 defunciones por 1.000 nacimientos. España se encuentra también por debajo de la media con 4,5.
AVANZAR DESDE LA ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD
A este respecto hay que destacar que el sistema sanitario español ha avanzado mucho en los últimos años en facilitar un buen comienzo de la vida. De hecho, la tasa de mortalidad infantil se situaba en 7,6 defunciones por 1.000 nacimientos en 1990, al igual que la tasa de mortalidad perinatal.
Estos avances se han debido a distintas circunstancias, entre ellas la amplia cobertura vacunal de los niños españoles (superior al 85-90% en casi todas las vacunas) y al desarrollo de programas de seguimiento y control del desarrollo evolutivo de los niños desde su nacimiento (control de niños sanos) dentro de la cartera de servicios de atención primaria.
En esta línea de trabajo y de cara a garantizar la equidad en salud desde la infancia, se insta a los Estados de la UE a garantizar el acceso a los servicios sanitarios de los niños y mujeres embarazadas sea cual sea su situación legal. Esto supone que se facilite el acceso universal a la salud en todos los aspectos: promoción, prevención y atención en todos los países. Para ello, la Comisión Europea debe asumir un papel de apoyo a la coordinación de las políticas para un buen comienzo en la vida en los 27 países de la UE.
OTRO ENFOQUE ES POSIBLE
Por otra parte, la OMS ha estimado que el 50% del diferencial de crecimiento entre países ricos y pobres se debe a la mala salud y la esperanza de vida más corta. El aumento de la esperanza de vida al nacer en un 10% podría aumentar el crecimiento económico del 0,35% al año. En la UE, la carga económica anual estimada que suponen enfermedades fuertemente relacionadas con los determinantes sociales como son las enfermedades cardiovasculares y los trastornos psíquicos puede cifrarse en un 1 % y en un 3-4% del PIB, respectivamente.
La mayoría del gasto sanitario total se destina a servicios curativos y rehabilitadores y al gasto farmacéutico, dedicándose a proteger, promover la salud y prevenir la enfermedad sólo un 2,8% de media en los países de la UE. Sin embargo, destinando más esfuerzo en la promoción de la salud y prevención de la enfermedad y teniendo en cuenta los determinantes sociales de la salud en todas las políticas de los sectores del gobierno se obtendrían mejores resultados.
Además, la búsqueda de la equidad y de una sociedad más igualitaria implica evolucionar del paradigma biomédico actual centrado en los problemas de salud, y con responsabilidad principal en el ámbito sanitario, a un paradigma basado en los determinantes sociales. Para que se produzca este cambio de modelo se necesita desarrollar sistemas de monitorización que permitan cuantificar la ganancia en salud de las políticas públicas.
La falta de indicadores del impacto de las diferentes políticas sobre los determinantes sociales de la salud y sus efectos, así como de datos oportunos y comparables dentro de cada país y entre los países de la UE, constituye un obstáculo que hay que solventar.
GRIPE A Y DIRECTIVAS
Por otro lado, los ministros de salud de la UE también han tratado otros aspectos en la reunión que ha finalizado hoy. Entre ellos, la situación actual de la gripe pandémica A/H1N1 cuando se cumple un año de la aparición del virus. Según los últimos datos de la OMS, más de 213 países han notificado casos confirmados de gripe pandémica, con unas 17.700 muertes (340 en España). En estos momentos, las áreas más activas respecto a la transmisión del virus son el sudeste asiático, el oeste de África y la zona tropical de América.
El Consejo ha analizado también el estado de situación de los trabajos desarrollados en torno a los asuntos que forman parte de la agenda de trabajo de este semestre como es el caso la directiva de trasplantes de órganos, que está en su fase final y se prevé que pueda aprobarse durante la presidencia española de la UE. Asimismo, se han analizado los trabajos realizados hasta la fecha en la directiva para prevenir la falsificación de medicamentos y la directiva de farmacovigilancia que, en ambos casos, están muy avanzados.
Por último, se ha debatido en torno a la directiva sobre los derechos de los pacientes a la atención sanitaria transfronteriza y los trabajos de la presidencia española para trata de conciliar los diferentes puntos de vista de los Estados miembros para ofrecer suficiente seguridad jurídica y garantías de calidad a los pacientes.
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