Esta mañana, con un tiempo típicamente bruselense en Barcelona, me he dirigido al Parlament de Catalunya, paraguas en ristre, para asistir a una prometedora jornada europeísta, concretamente la XIX Jornada del Consell Català del Moviment Europeu. Ante una sala abarrotada de eurodiputados, periodistas, politólogos y también algunos profesores, empresarios y estudiantes, se han vivido intensos momentos de debate sobre los retos que afronta Europa para ser creíble, las trampas que esconde el Tratado de Lisboa, el papel que debería cumplir la Presidencia española y por fin la fórmula para ayudar a las empresas europeas a triunfar en el mundo globalizado.
En vista de la vastedad del programa esperaba encontrar una buena dosis de la típica retórica vacía, aderezada con algunas palabrejas de la jerga comunitaria. Nada más lejos de la realidad. Tras presentaciones, abre fuego el Embajador en misión especial para proyectos de la UE, Carlos Carnero, quien tiene por costumbre no defraudar como ponente, por su pasión y convencimiento característicos, que hoy ha vuelto a manifestar constatando que Lisboa da vida al movimiento europeo y dota de contenido federal a las instituciones. (Ver +)
Un año para olvidar
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Empieza 2020 y de las primeras noticias que recuerdo es que a nuestro
querido José Luis Arias le diagnostican ELA. Sin duda el año empezaba con
disgusto,...
Hace 3 años
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