Almudena Fernández comenzó recordando cómo, al poco de llegar al Ayuntamiento de Madrid, presentó en el pleno una proposición en contra de la famosa “directiva de las 65 horas”, que intentaba promover la derecha europea. Esta proposición fue apoyada por la unanimidad de todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Madrid. Explicó cómo coincidía con la Asociación Ciudadanía Europea en la necesidad de hacer más visible y más cercana, de hacer pedagogía de la construcción europea.
Los objetivos de la Unión Europea van cambiando con el tiempo, cambiando los retos y cambiando las perspectivas. La sociedad, que en ocasiones se encuentra distante, necesita nuevos puntos de impulso que la conecte con Europa. El mundo ha cambiado mucho en estos años, al igual que la relación de Europa con este mundo: la realidad latinoamericana, con enormes avances económicos, culturales y de profundización democrática; Estados Unidos, que supone una puerta a la esperanza con la llegada de Obama; Asia, como nuevo mercado y enorme productor… Pero los avances económicos del mundo no siempre se corresponden con avances de las políticas sociales.
Europa, para hacer política con mayúsculas, necesita que esté unida, cohesionada, fuerte. Europa, que apenas representa el 7,5 % de la población mundial, tiene un modelo único de desarrollo y bienestar que tiene que exportar y mejorar. Esta es una condición indispensable para luchar por la igualdad. Es necesaria la extensión de derechos y oportunidades no sólo entre los europeos, sino en todo el mundo.
Almudena Fernández señaló cómo España es abanderada en cuestiones de igualdad, y está liderando, muy especialmente en esta etapa de Presidencia Europea, la extensión de la igualdad en el mundo. El mismo día del debate, la ministra de Igualdad del Gobierno de España, Bibiana Aído, estaba en la ONU alertando sobre los roles de las mujeres y hombres en el mercado de trabajo, roles que suponían una brecha salarial que había que romper. Aído también estaba planteando actuaciones encaminadas a la garantía de los derechos de las mujeres, como la creación desde la ONU de un observatorio contra la violencia de género.
España es un referente en políticas de igualdad y como tal, está expandiendo su conocimiento y experiencia por todos los países de Europa y del mundo. España está a la cabeza en cuanto a la participación de mujeres en el poder político. En los parlamentos autonómicos, es la única que supera el límite del 40% recomendado por la Unión Europea. En el Congreso y el Senado la participación de la mujer es más baja, pero aún así seguimos estando entre los países de cabeza en este tema. Según los informes de la Unión Europea, cuanto más local es el ámbito, mayor participación y elección de la mujer, lo que muestra claramente cómo los europeos apuestan por las mujeres para dirigir los asuntos que más directamente les afectan.
También el Gobierno de España es un referente, por cuanto es el país con más mujeres ministras, sólo superado por Finlandia. Lamentablemente, en Europa hay 5 países que no cuentan con ninguna mujer en el gobierno.
Donde queda aún mucho camino por recorrer es en la Justicia, en la composición de los tribunales superiores y constitucionales, donde el papel de la mujer es aún muy bajo, llegando apenas al 16%.
Europa y España están avanzando en el camino de la igualdad real, en la igualdad de derechos y oportunidades para todos, y en la participación cada vez mayor de las mujeres en los todos los aspectos de la vida, sean políticos, sociales, culturales, educativos… Quedan pocos días para celebrar el Día Internacional de la Mujer. El gran reto que tiene Europa en estos momentos, además de ampliar estos avances, es tener la capacidad para exportarlos al resto del mundo.
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Hace 3 años
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